miércoles, 22 de mayo de 2019

COMENTARIO SONETO QUEVEDO - 31

A continuación voy a comentar un conocido soneto de Francisco de Quevedo compuesto por dos cuartetos y dos tercetos en los que expresa su idea y pensamiento de amor más allá de la muerte, y para ello recurre a numerosos recursos ;

El primer verso comienza con una personificación que insinúa que sus ojos pueden cerrar la postrera sombra (al revés, es un hipérbaton, es la postrera sombra la que podrá cerrar sus ojos), esto a su vez, es una metáfora que se refiere al morir, ya que cerrar los ojos hace referencia al sueño eterno, y "postrera sombra" también, propio del pesimismo barroco, esta metáfora además presenta un encabalgamiento sugiriendo nerviosismo al hablar de la muerte y el amor. En esa misma línea, encontramos una nueva metáfora "blanco día" con la que Quevedo se refiere al día de la resurrección después del día de la muerte. En el siguiente verso se puede observar una referencia más hacia los malos tiempos del Barroco, ya que sugiere que el alma es la prisionera del cuerpo y que tiene que ser "desatada" porque el amor que siente puede con todos los impedimentos que se le presenten. Se continúa con los encabalgamientos, y en este último verso hace referencia al amor carnal con "afán ansioso" además de mostrar positividad ante la muerte.

En el segundo cuarteto, Quevedo comienza con una referencia mitológica al río en el que Hades transporta las almas a la otra orilla, resaltando así nuevamente la fuerza del amor a pesar de la muerte. Continua en el siguiente verso con una metáfora sobre la vida "memoria donde ardía" y con esta, crea una antítesis con el siguiente verso "nadar sabe mi llama la agua fría" para expresar los altibajos del amor, además, este es uno de los recursos más empleados por el autor. En el último verso expresa nuevamente esa fuerza del amor más allá de la muerte con una metáfora en la que insinúa que perderá el respeto a la ley severa, es decir, la muerte, ya que ésta es una ley natural y por su amor, él se niega.

Los tercetos de este soneto, se leen de forma inusual, ya que entrelaza los versos del primero con el del segundo, generando una de las gradaciones descendientes más conocidas, de esta forma, al igual que con los hiperbatos que hay a lo largo de todo el soneto, se refleja el caos del Barroco, ya que cada cosa va por su lado, y de mal en peor.

El primer verso comienza idealizando a su amada ya que se refiere a ella como "todo un Dios" exagerando toda su grandeza, y sugiriendo que más allá de la muerte abandonará toda esa grandeza y únicamente sobrevivirá su amor. El siguiente verso vuelve a expresar la misma idea, que tras la muerte seguirá habiendo amor, porque puede con todo, y el último verso refuerza aún más esta idea, expresando, además de que el amor llega hasta la profundidad de los huesos, que cuando estos ardan por la muerte, el amor permanecerá.

En estos tercetos encontramos un campo semántico que engloba la llama, la ceniza, arder... que además contribuye al tópico literario "ignis amoris" reflejando la pasión del amor, y generando una metáfora en la que se compara el amor con una llama que según Quevedo tras la muerte, no se apaga.

1 comentario:

  1. Buen desarrollo y buen trabajo. A pesar de tener los recursos has redactado muy bien tu comentario. Ya sabes cómo hacerlo, sigue así. (10)

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