domingo, 19 de mayo de 2019

COMENTARIO SONETO QUEVEDO - 12

Nos encontramos ante un soneto compuesto por Francisco de Quevedo. Formado por dos cuartetos y dos tercetos cuyo tema principal es el amor constante más allá de la muerte. Por lo que podemos deducir en el séptimo verso que el tema principal de este soneto es el amor que lo expresa mediante una metáfora "mi llama".

En los dos primeros cuartetos Quevedo pretende expresar lo que puede provocar la muerte, para ello emplea verbos en futuro imperfecto ya que no sabe si realmente se cumplirá "podrá..." "dejará..."

En el primer cuarteto Quevedo hace referencia a la muerte a través de una metáfora "postrera sombra" empleando en esta misma expresión un encabalgamiento con el que impulsa al lector a seguir leyendo (también te puedes poner un poco nervioso, perder el ritmo, hablando de la muerte ¿no?). También utiliza en este mismo verso una metonímia "ojos" con el que quiere referirse a su vida que es una de las consecuencias que la muerte se llevará con ella. En el segundo verso emplea otra metáfora "blanco día" con el que quiere indicar el día de la muerte ¿y por qué dice que es "blanco"?. En el siguiente verso emplea un anáfora "desatar esta alma mía..." con lo que quiere expresar que su alma por fin será liberada de su cuerpo tras la muerte. En el último verso de este primer cuarteto Quevedo utiliza de nuevo otra metáfora "afán ansioso" con el que el autor se refiere al amor, que mediante "lisonjera" expresa que este mismo amor se siente bien al morir ya que se define la muerte como alegre y positiva ¿y por qué definirá así a la muerte? Sigue siempre aterrizando en el tema, no te despistes.

En el primer verso del segundo cuarteto Quevedo por fin hace referencia a la mitología mediante "la ribera" lo que quiere expresar es que no dejará el amor en la otra orilla del río sino que se lo llevará con él al morir. En el séptimo verso el autor cambia el sujeto de muerte por amor que lo expresa mediante una metáfora "llama" representando su vida enamorada. Seguidamente emplea una gran antítesis "ardía-fría" ¿para qué?. En los dos últimos versos de este cuarteto Quevedo emplea dos grandes personificaciones "nadar sabe" y "perder el respeto" que expresa el poder y las cualidades del amor. Expresando que el amor no será olvidado tras la muerte utiliza una metáfora "ley severa" con la que se refiere a la ley natural que es la muerte (vas explicando los recursos pero a veces vas olvidando un poco el tema).

El primer terceto está cargado de sujetos presentados en gradación descendente "alma, venas, médula" cuyos predicados se encuentran el segundo terceto también presentados en gradación descendente (cuerpo, ceniza, polvo). Indicando lo que va a pasar después de la muerte para ello emplea un gran hipérbaton. En el primer verso del primer terceto Quevedo emplea una metáfora "todo un Dios" refiriéndose a la amada. Con lo que quiere expresar que el alma abandonará su cuerpo pero nunca el cuidado de su amada dirigiéndose a ella mediante un determinante posesivo "su" reflejado en el primer verso del segundo terceto. En el décimo verso utiliza otra metáfora "fuego" con la que se quiere referir al amor, expresando que su sangre que tanto ha alimentado su amor se convertirá en ceniza. Por último ultiliza el sujeto "médula" con lo que quiere hacer referencia a la parte más inaccesible de su cuerpo donde el amor ha llegado, continuando la metáfora de fuego para referirse al amor. En el último verso de este poema Quevedo emplea una anáfora "polvo" queriendo expresar mediante una metáfora la muerte. A la misma vez deja claro el sentido de la existecia "polvo enamorado·" expresándolo mediante una metáfora. Concluye, concluye... los tercetos tienen una conclusión fantástica totalmente en la línea del tema del poema...

1 comentario:

  1. Muy buen desarrollo, a pesar de que le faltan 5 minutos más para un par de conclusiones que no nos hagan olvidar el desarrollo del tema en todo el poema. Pero buen trabajo, sigue así, parece que le vas cogiendo gusto a esto de escribir, de comentar, de imaginar, de ponerte en el pellejo del autor. (9)

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