martes, 14 de mayo de 2019

COMENTARIO SONETO GÓNGORA - 7

A continuación voy a analizar e identificar los recursos literarios utilizados por el escritor Luis de Góngora en su conocido Soneto LXXXII.

Góngora empieza dicho poema empleando un claro hipérbaton, que continuará durante el resto del poema, para dar al texto una sensación de belleza y elegancia, adaptar la rima al verso y para destacar o enfatizar el significado de algún elemento que se ha colocado en la oración (no te olvides del culteranismo y sus características...). En este llamativo caso, ha colocado el sujeto “amantes”, en el cual engloba y apela a los lectores, en el quinto verso, seguido de un imperativo con connotación negativa “…no toquéis…” que hace referencia al cuarteto anterior, para después poder advertirles con una oración condicional “…,si queréis vida,…” de que si besan a alguien corren el riesgo de enamorarse.

En el primer verso podemos encontrar más concretamente un epíteto “La dulce boca…”, con el que resalta una cualidad que acentúa y contribuye al tópico literario utilizado que es “descriptio puellae” en el que describe a una joven idealizada, con rasgos codificados. En el segundo verso, podemos encontrar un cultismo “…humor…”, comúnmente utilizado por Góngora, que significa “líquido” en latín, haciendo referencia a la saliva, y una metáfora “…entre perlas destilado…” con la que se identifican a los dientes comparando su blancura y perfección con el de las perlas. Hallamos a su vez en el tercer y cuarto verso, una mención a la mitología griega, porque al hablar de “...licor sagrado…” alude a la bebida de los dioses, específicamente el de Júpiter, como indica en el siguiente verso. Asimismo encontramos otro cultismo “…ministra…” y una perífrasis “…el garzón de Ida.” porque utiliza esta expresión para no mencionar de manera directa el nombre del amado de Júpiter que es Ganimedes. Mediante ambos recursos, Góngora demuestra su sabiduría y define el público al que va dirigido este soneto; lectores lo suficientemente cultos como para poder entender el significado de dicha referencia. Finalmente emplea un neologismo, porque importa una palabra francesa “garzón”, que significa muchacho joven, tanto por razones estéticas como para que concuerde con la métrica.

En el sexto verso, podemos encontrar una elipsis “Entre un labio y otro (labio) colorado…”, en el que hay una supresión de un sustantivo para mantener la estructura del poema, evitar repeticiones y aumentar la fluidez y el ritmo. Por otro lado, en el siguiente verso, podemos encontrar el sustantivo “Amor…” en mayúscula y sin artículo, lo que significa que se encuentra personificado. Además, nos lo presenta armado, lo que nos señala que es otra referencia a la mitología, concretamente se refiere a Cupido, dios del deseo amoroso. Termina el segundo cuarteto con una comparación: del mismo modo que la serpiente (cultismo de “sierpe”) se esconde entre las flores, el Amor se oculta entre los labios de una mujer. El autor identifica el veneno de la serpiente con el riesgo del enamoramiento, al que más adelante hará referencia de una manera más directa.

En el verso 9 Góngora indica mediante un pronombre personal, “…os…”, que se sigue dirigiendo a los amantes para que quede claro a quién va dirigido el soneto. De la misma forma, en el comienzo de ambos tercetos podemos hallar dos símbolos y metáforas que son “ … las rosas, que a la Aurora,…” y “Manzanas son de Tántalo…”.

La Aurora personificada es en la Mitología la hermana del Sol, al que precede cada día en su aparición sobre la tierra. En este terceto, el escritor señala que las rosas que parecían ser de un color púrpura, son en verdad de color aljófar, como se puede ver en este momento del día. Por lo tanto, las rosas no son más que un fraude, una mentira, un engaño… al igual que las manzanas de Tántalo. Este era un personaje mitológico que fue castigado por los dioses a estar en un río, bajo un árbol repleto de frutas, sin poder beber o alimentarse. Es un símbolo de las tentaciones que nunca podremos satisfacer, que según Góngora se asemeja al estado de estar enamorado, estado de sufrimiento aconsejable de evitar y resistir, como subraya en el último verso en el que afirma que ciertamente es veneno.

Aparte del hipérbaton, a lo largo del soneto encontramos una antítesis “…dulce boca…”/”…veneno armado…”, “…humor destilado entre perlas…”/”…sierpe escondida...” y “…licor sagrado…”/” Manzanas de Tántalo…”. Esto lo hace porque quiere mostrar evidenciar y apoyar a la advertencia de que aunque el amor parezca apetecible, en verdad es doloroso.

1 comentario:

  1. El desarrollo del comentario es muy bueno, enhorabuena de nuevo. Voy a añorar tus comentarios. La redacción, la expresión y el estilo que utilizas es brillante. Y detrás sé que hay un gran esfuerzo. Sigue así... (10)

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